Entrevistas

Carmen convenció a sus padres para venirse del pueblo a Valladolid para estudiar peluquería y de esto hace ya 40 años. Terminada esa primera fase empezó a trabajar y lleva entre los peines y las tijeras desde hace 38 años que comenzó en esto sin contar los 2 años de preparación. Cuando llevaba tan solo 3 años en la profesión, fue valiente y decidió abrir su propio negocio al frente del cual sigue. Naturalmente ello indica que todavía era muy joven cuando se dispuso a iniciar su propia empresa.

1.- Cuéntanos el cómo y el por qué decidiste elegir esta profesión.
¡Mamá, yo quiero ser artista!, ese tópico se aplica a mi infancia, siempre que me preguntaban que quería ser de mayor… realmente yo decía “peluquera o artista”.
Vengo de un pueblo en el que no había peluquería, tan solo una aficionada que nos cortaba el pelo con algún que otro escalón, pero “eso se iguala cuando crezca”, nos decían.
Me llamaba la atención ver a las mujeres ponerse los rulos unas a otras y yo también quería hacer eso. Así que conseguí convencer a mis padres y venir a Valladolid a estudiar peluquería.

Esa fue una etapa de mi vida muy interesante, por fin podía hacer lo que me gustaba, pero a la vez el pelo podía conmigo; mi profesor me dijo “cuando seas capaz de dominar el cabello y no al revés, serás una gran profesional”. Aquello se me quedó grabado y es evidente que pude con él.

2.- Antes la gente era más valiente que ahora y con poca edad se aventuraba a tener negocio, ¿fue este tu caso?.
Pues sí, ¡qué locura!, jajaja, después de trabajar en dos salones durante apenas tres años, me lancé (con el apoyo de mis padres) a abrir mi salón. Eso sí, la amenaza de volver al pueblo si no funcionaba era lo que me empujaba y empujaba a tirar hacia adelante con el negocio.

3.- ¿Qué criterio te ha guiado en tu vida profesional para satisfacer a tus clientes?.
En dos palabras, “calidad y buen servicio”. Con esto quiero decir que siempre me preocupó el que la clientela se sintiese cómoda, en un ambiente familiar, pero sin descuidar la calidad del servicio ni el producto y sin entrar en el mundo del cotilleo, “algo que no me gustó nunca”.

4.- ¿Somos esclavos de los clientes o les debemos imponer nuestras normas y acostumbrarles a nuestro sistema?.
Eso es algo que en un principio, posiblemente por la juventud y falta de experiencia, parecía que iba a ser la tónica de mi salón. Sin embargo los años han hecho que, sin ser dictadores, consigamos acostumbrar al cliente a pedir cita con antelación, a respetar los horarios y aunque no siempre lo consigamos, creo que con los años hemos sido capaces de adaptar al cliente a nuestras normas.

5.- ¿Te contó alguna vez una clienta un secreto que solo tú sabes?.
Eso es secreto jejeje.

6.- ¿Qué mínimo nos tenemos que molestar los peluqueros para mantenernos al día con moda y técnicas?.
La asistencia a galas, cursos y ateliers, es algo que hacemos como norma dos o tres veces al año en nuestro salón. Vivimos de la moda y ésta cambia, al igual que las técnicas y los productos.

7.- ¿Cómo te gusta definirte cuando alguien te pregunta en que trabajas?.
Soy PELUQUERA, y orgullosa de serlo.

8.- ¿Qué importancia tienen los tratamientos capilares y de estética dentro de la peluquería?.
Mucha, sobre todo la primera. No podemos olvidar que si no cuidamos la materia con la que trabajamos, nos quedaremos sin la posibilidad de desarrollar nuestro arte. Respecto a la estética, es un complemento añadido al servicio, sobre todo en clientas.

9.- ¿Cuál crees que es el fallo más generalizado de los peluqueros?.
Se nos olvida que somos empresarios. Al final la vena artística nos tira más de lo que debería y se nos olvida que lo que sale de nuestras manos, ha de llegar a nuestro bolsillo.

10.- Dime algo que te gustaría hacer en la peluquería y que no puedes.
Aunque me apasiona de siempre la peluquería, la parte de la artista está ahí. Y me encantaría dedicarme exclusivamente a hacer recogidos y peinados de fiesta.

11.- ¿Crees que el ser valiente y atrevida te ayuda para ser más creativa en la peluquería y así también valorar más tu trabajo?.
Sí, si nos acomodamos al trabajo rutinario, no seríamos capaces de evolucionar, crear y adaptar estilos. Aunque muchas veces somos nuestro peor enemigo y no terminamos de valorarnos lo suficiente.

12.- ¿En qué rutina no debemos entrar los peluqueros?.
Como te digo en la pregunta anterior, hacer sólo lo que pide el cliente sin sugerirle algo diferente. Por ejemplo… en un servicio de tintura, la pregunta que muchas veces le hacemos al cliente “¿te pongo el mismo color?”, es un claro indicativo de que hemos caído en la rutina; igual pasa con el corte o el peinado. Creo que debemos darle siempre un toquecito diferente, sutil pero que al final el cliente se sorprenda aunque el cambio no sea grande.

13.- Si tuviese que marcharte fuera de esta ciudad, ¿dónde sería el lugar donde te gustaría montar la peluquería y porqué?.
Me gusta el sol, el mar y el clima cálido. Sin dudarlo, al sur.

14.- Cuéntanos alguna anécdota que te ocurrió en la peluquería y que no olvidas.
La primera propina que una novia satisfecha me dio. ¡El triple de lo que costó el servicio! Fue algo que no olvidaré.

15.- ¿Te atreverías a dar un consejo a otros profesionales que llevan años de profesión?.
No desesperarnos en los momentos de bajón, si de verdad somos profesionales, tenemos que seguir luchando, reinventarnos y seguir adelante.

16.- ¿Quieres añadir algo a esta entrevista, que no te haya preguntado?.
Lo de siempre, que no nos olvidemos que somos artistas, pero ante todo empresarios. Aunque eso es algo que trimestralmente se encargan de recordarnos.

Muchas gracias Carmen por tu tiempo.