Entrevistas
16/10/2018Entrevista a Ricardo Sanz (Richard)
Richard es de esas personas, que como que no quiere la cosa, representa una categoría y una élite en su profesión demostrándolo durante años y siendo muy firme en valorar lo que hacía, estando siempre donde él creía que debía estar. Ahora recién retirado creo que sobradamente ha cumplido muy bien con la ejemplar defensa que ha hecho de la profesión, defendiendo siempre su categoría aunque sin hacer mucho ruido pero siempre con constancia.
Esta es una muy merecida entrevista de la que yo destacaría, sin duda alguna, la experiencia de la pregunta siete, la cual la mayoría de nosotros no seriamos capaces de llevar a cabo.
1.- Richard, ¿Cuáles son tus orígenes y, cómo y porqué eres peluquero?.
En primer lugar te diré amigo Mario que pertenezco a la tercera generación de peluqueros en mi familia y fue mi abuelo, D. Julio Vicente, antiguo Delegado de (Henry Colomer), gran profesional y profesor, el que me influyó para ser peluquero enseñándome todos los “trucos” y manejo de las tijeras, del corte de pelo, de las ondas al agua, etc. Fue un privilegio aprender a su lado cuando solo tenía 12 o 13 años, además de conseguir que me enamorase de la profesión. Más tarde, trabajé durante una década con mi madre Marta, gran profesional también, en el Salón de la Plaza Mayor. Viajamos por todo el mundo, pero fue la peluquería francesa de los años 70, la que más me gustó e influyo en mi, pues era totalmente diferente a la que se hacía en España. Allí comenzaba la técnica del “brusing” (secador de mano) y viajando allí durante 25 años fue donde perfeccioné mi estilo y forma de trabajar, perteneciendo a la “Haute Coiffure Francaise” y más tarde también a “Intercoiffure España”.
2.- ¿Las peluquerías unisex son una realidad, pero tu no has entrado en ese juego, ¿por qué?.
Siempre he sido partidario de los salones especializados, masculinos o femeninos, excepto que el local te permita ofrecer los dos servicios, pero siempre independientes, ya que algunos servicios requieren de más intimidad desde mi humilde opinión. Por eso siempre he trabajado en una primera planta. ¿Para qué quiero un salón en un bajo, si luego tengo que tapar los cristales con vinilos o estores? Sí, ya sé que ahora no lo permiten, pero… ¿y por qué un dentista, abogado, médico, etc., si que puede?, ¿por qué nosotros no?, ¿alguien lo sabe?.
3.- ¿El hecho de tener una categoría profesional alta, quizás implica que tus clientas sean más difíciles?.
La categoría profesional te la da el público por tus trabajos y tu trayectoria como peluquer@, y por supuesto, si cobras más que los salones de tu ciudad, las clientas también te van a exigir más, por lo que estás obligado a justificar tus precios con un servicio de calidad, una buena instalación, buenos productos, buena atención, y sobre todo y fundamental, tener un equipo de colaboradores bien preparados.
4.- ¿Es verdad eso de que la mujer es más infiel al peluquero que el hombre?.
Rotundamente ¡sí!, y eso que yo siempre me he sentido un privilegiado, pues mis clientas han sido entre 30-40 años fieles a mi Salón. Últimamente atendíamos a tres generaciones de la misma familia, madres (50-60), hijas (30-40) y niet@s. Os aseguro que es un orgullo como profesional ser el peluquero de toda una familia.
5.- ¿Es difícil la situación cuando se acerca el momento definitivo de decir se acabó?.
Es un cúmulo de sensaciones extrañas, pues cuando llega el momento ni tú mismo te crees lo que está pasando, de repente pasas de un estado de risas y alegrías, a otro de lágrimas y tristeza, pero lo peor es cuando te preguntas, ¿y ahora que voy a hacer?. Yo creo que es la consecuencia de haber dedicado tu vida a la profesión que amas y en la que has sido feliz, además de haberte permitido vivir dignamente. ¿Qué más puedes pedir?.
6.-¿Tus clientas te han contado secretos que solo tú sabes?.
Por supuesto todos sabemos que ciert@s clientes utilizan nuestros salones como una terapia, y nos hacen partícipes de sus problemas y alegrías, e incluso infidelidades, ja, ja. Pero es normal, ya que en algunos casos después de muchos años de trato como cliente se crea un vínculo personal que termina en amistad, de ahí la confianza.
7.- Cuéntanos alguna experiencia interesante para los peluqueros.
Hubo una que nunca se me olvida. Fue una clienta nueva que me vino pidiendo un corte con una foto de una artista, ¿a quién no le ha pasado?, ahora van con la foto en el móvil, ja,ja. Bien, pues entonces como vi que el corte que me solicitaba la iba a quedar bien, se lo realicé. Una vez terminado me dice que no se encuentra favorecida, que se lo cambie, que la haga el corte que yo la hubiese recomendado. Procedí al cambio, y la encantó el resultado. Lo que no la gustó tanto fue cuando al pagar le dije que el importe era de dos cortes de pelo, pues había realizado dos trabajos, y que la próxima vez que volviese, si lo hacía, ya sabía lo que tenía que hacer. Fue clienta durante muchos años y cuando entraba al Salón siempre decía, “hacedme lo que necesite”. Lección aprendida.
8.- ¿Qué es lo que tú nunca harías en la peluquería?.
En primer lugar realizar un servicio solicitado por la clienta sabiendo que el resultado final no va a ser satisfactorio, pues cuando ese trabajo salga a la calle lleva tu nombre, y tu prestigio profesional está en juego. Prefiero perder el servicio y negarme a realizarlo.
Lo segundo, NUNCA reprender o llamar la atención a un colaborador en público, pues me parece una falta de respeto y educación. Las llamadas de atención SIEMPRE en privado.
Y por último, JAMÁS permitir en tu Salón que se critique a otro profesional de la competencia.
9.- ¿Es difícil crear un equipo que te entienda y te comprenda?.
No es tarea fácil, hay que hablar mucho y explicarles bien claro cómo quieres que se hagan las cosas en tu Salón. Con reuniones periódicas, escuchándonos TOD@S y aportando ideas, se consigue más implicación por parte de tod@s, siendo como resultado un buen funcionamiento y mejorando con ello el ambiente en el Salón. Tienes que ser siempre un “buen director de tu salón”, y ganarte su respeto profesional y personal.
10.- ¿Por qué en general a los peluqueros nos da miedo cobrar por nuestro trabajo?.
Sin ninguna duda por falta de seguridad y confianza en nuestra profesionalidad, y como consecuencia tener “miedo” y no valorar nuestro trabajo. ¡Debemos valorarnos más y cobrar lo que nuestro trabajo se merece sin ningún temor!. Nadie regala su trabajo, ni el fontanero, ni el mecánico, ni el dentista, ¿por qué nosotros si?.
Somos profesionales, y tenemos una empresa, no una O.N.G, y el que quiera un buen servicio, ¡que lo pague!, ¿no os parece?, y si tu negocio no te da para vivir dignamente, debes de plantearte irte de empleado, pues tal vez no estás preparado para ser empresario, o cambiar de profesión, pero, ¡jamás regales tu trabajo! Nadie lo hace.
11.- ¿Qué te gustaría haber hecho en la peluquería, y que ahora recién jubilado ya no puedes?.
Haber podido seguir luchando por la dignidad y respeto que nuestra profesión se merece y que los de mi generación habíamos conseguido con mucho esfuerzo, trabajo y lucha. La peluquería de hoy a cambiado, por supuesto no digo que a peor, pero seguimos sin “carnet profesional”, lo cual provoca que “cualquiera” se llame peluquero, estilista, o como queráis llamarlo, y con ello la proliferación de “salones low cost” tirando los precios y creando una guerra de precios que antes no existía, dando una imagen desastrosa para la profesión. ¡Hay que luchar ante tanto intrusismo!, o morir en el intento.
12.- ¿Quieres añadir algo a esta entrevista que te gustaría decir y no te haya preguntado?.
Darte las gracias a ti Mario por haberte acordado de mí en estos momentos tan “especiales” a los que deseo que tod@s lleguéis como yo, satisfecho y orgulloso de haber sido, Y SER SIEMPRE, PELUQUERO.
Muchas gracias y un fuerte abrazo para tod@s.
Muchas gracias a ti por tu tiempo Richard
Septiembre 2018
Esta es una muy merecida entrevista de la que yo destacaría, sin duda alguna, la experiencia de la pregunta siete, la cual la mayoría de nosotros no seriamos capaces de llevar a cabo.
1.- Richard, ¿Cuáles son tus orígenes y, cómo y porqué eres peluquero?.
En primer lugar te diré amigo Mario que pertenezco a la tercera generación de peluqueros en mi familia y fue mi abuelo, D. Julio Vicente, antiguo Delegado de (Henry Colomer), gran profesional y profesor, el que me influyó para ser peluquero enseñándome todos los “trucos” y manejo de las tijeras, del corte de pelo, de las ondas al agua, etc. Fue un privilegio aprender a su lado cuando solo tenía 12 o 13 años, además de conseguir que me enamorase de la profesión. Más tarde, trabajé durante una década con mi madre Marta, gran profesional también, en el Salón de la Plaza Mayor. Viajamos por todo el mundo, pero fue la peluquería francesa de los años 70, la que más me gustó e influyo en mi, pues era totalmente diferente a la que se hacía en España. Allí comenzaba la técnica del “brusing” (secador de mano) y viajando allí durante 25 años fue donde perfeccioné mi estilo y forma de trabajar, perteneciendo a la “Haute Coiffure Francaise” y más tarde también a “Intercoiffure España”.
2.- ¿Las peluquerías unisex son una realidad, pero tu no has entrado en ese juego, ¿por qué?.
Siempre he sido partidario de los salones especializados, masculinos o femeninos, excepto que el local te permita ofrecer los dos servicios, pero siempre independientes, ya que algunos servicios requieren de más intimidad desde mi humilde opinión. Por eso siempre he trabajado en una primera planta. ¿Para qué quiero un salón en un bajo, si luego tengo que tapar los cristales con vinilos o estores? Sí, ya sé que ahora no lo permiten, pero… ¿y por qué un dentista, abogado, médico, etc., si que puede?, ¿por qué nosotros no?, ¿alguien lo sabe?.
3.- ¿El hecho de tener una categoría profesional alta, quizás implica que tus clientas sean más difíciles?.
La categoría profesional te la da el público por tus trabajos y tu trayectoria como peluquer@, y por supuesto, si cobras más que los salones de tu ciudad, las clientas también te van a exigir más, por lo que estás obligado a justificar tus precios con un servicio de calidad, una buena instalación, buenos productos, buena atención, y sobre todo y fundamental, tener un equipo de colaboradores bien preparados.
4.- ¿Es verdad eso de que la mujer es más infiel al peluquero que el hombre?.
Rotundamente ¡sí!, y eso que yo siempre me he sentido un privilegiado, pues mis clientas han sido entre 30-40 años fieles a mi Salón. Últimamente atendíamos a tres generaciones de la misma familia, madres (50-60), hijas (30-40) y niet@s. Os aseguro que es un orgullo como profesional ser el peluquero de toda una familia.
5.- ¿Es difícil la situación cuando se acerca el momento definitivo de decir se acabó?.
Es un cúmulo de sensaciones extrañas, pues cuando llega el momento ni tú mismo te crees lo que está pasando, de repente pasas de un estado de risas y alegrías, a otro de lágrimas y tristeza, pero lo peor es cuando te preguntas, ¿y ahora que voy a hacer?. Yo creo que es la consecuencia de haber dedicado tu vida a la profesión que amas y en la que has sido feliz, además de haberte permitido vivir dignamente. ¿Qué más puedes pedir?.
6.-¿Tus clientas te han contado secretos que solo tú sabes?.
Por supuesto todos sabemos que ciert@s clientes utilizan nuestros salones como una terapia, y nos hacen partícipes de sus problemas y alegrías, e incluso infidelidades, ja, ja. Pero es normal, ya que en algunos casos después de muchos años de trato como cliente se crea un vínculo personal que termina en amistad, de ahí la confianza.
7.- Cuéntanos alguna experiencia interesante para los peluqueros.
Hubo una que nunca se me olvida. Fue una clienta nueva que me vino pidiendo un corte con una foto de una artista, ¿a quién no le ha pasado?, ahora van con la foto en el móvil, ja,ja. Bien, pues entonces como vi que el corte que me solicitaba la iba a quedar bien, se lo realicé. Una vez terminado me dice que no se encuentra favorecida, que se lo cambie, que la haga el corte que yo la hubiese recomendado. Procedí al cambio, y la encantó el resultado. Lo que no la gustó tanto fue cuando al pagar le dije que el importe era de dos cortes de pelo, pues había realizado dos trabajos, y que la próxima vez que volviese, si lo hacía, ya sabía lo que tenía que hacer. Fue clienta durante muchos años y cuando entraba al Salón siempre decía, “hacedme lo que necesite”. Lección aprendida.
8.- ¿Qué es lo que tú nunca harías en la peluquería?.
En primer lugar realizar un servicio solicitado por la clienta sabiendo que el resultado final no va a ser satisfactorio, pues cuando ese trabajo salga a la calle lleva tu nombre, y tu prestigio profesional está en juego. Prefiero perder el servicio y negarme a realizarlo.
Lo segundo, NUNCA reprender o llamar la atención a un colaborador en público, pues me parece una falta de respeto y educación. Las llamadas de atención SIEMPRE en privado.
Y por último, JAMÁS permitir en tu Salón que se critique a otro profesional de la competencia.
9.- ¿Es difícil crear un equipo que te entienda y te comprenda?.
No es tarea fácil, hay que hablar mucho y explicarles bien claro cómo quieres que se hagan las cosas en tu Salón. Con reuniones periódicas, escuchándonos TOD@S y aportando ideas, se consigue más implicación por parte de tod@s, siendo como resultado un buen funcionamiento y mejorando con ello el ambiente en el Salón. Tienes que ser siempre un “buen director de tu salón”, y ganarte su respeto profesional y personal.
10.- ¿Por qué en general a los peluqueros nos da miedo cobrar por nuestro trabajo?.
Sin ninguna duda por falta de seguridad y confianza en nuestra profesionalidad, y como consecuencia tener “miedo” y no valorar nuestro trabajo. ¡Debemos valorarnos más y cobrar lo que nuestro trabajo se merece sin ningún temor!. Nadie regala su trabajo, ni el fontanero, ni el mecánico, ni el dentista, ¿por qué nosotros si?.
Somos profesionales, y tenemos una empresa, no una O.N.G, y el que quiera un buen servicio, ¡que lo pague!, ¿no os parece?, y si tu negocio no te da para vivir dignamente, debes de plantearte irte de empleado, pues tal vez no estás preparado para ser empresario, o cambiar de profesión, pero, ¡jamás regales tu trabajo! Nadie lo hace.
11.- ¿Qué te gustaría haber hecho en la peluquería, y que ahora recién jubilado ya no puedes?.
Haber podido seguir luchando por la dignidad y respeto que nuestra profesión se merece y que los de mi generación habíamos conseguido con mucho esfuerzo, trabajo y lucha. La peluquería de hoy a cambiado, por supuesto no digo que a peor, pero seguimos sin “carnet profesional”, lo cual provoca que “cualquiera” se llame peluquero, estilista, o como queráis llamarlo, y con ello la proliferación de “salones low cost” tirando los precios y creando una guerra de precios que antes no existía, dando una imagen desastrosa para la profesión. ¡Hay que luchar ante tanto intrusismo!, o morir en el intento.
12.- ¿Quieres añadir algo a esta entrevista que te gustaría decir y no te haya preguntado?.
Darte las gracias a ti Mario por haberte acordado de mí en estos momentos tan “especiales” a los que deseo que tod@s lleguéis como yo, satisfecho y orgulloso de haber sido, Y SER SIEMPRE, PELUQUERO.
Muchas gracias y un fuerte abrazo para tod@s.
Muchas gracias a ti por tu tiempo Richard
Septiembre 2018
