Entrevistas

En Diego he visto a un profesional que ama mucho su trabajo, que es pasional y también sufridor con respecto a lo poco sinceros y poco humildes que somos los peluqueros. Critica lo mucho que nos encerramos en nosotros mismos y la falta de compañerismo, al tiempo que se ha sentido y se siente solo profesionalmente. Quizás no le falte algo de razón, pero también es cierto que le doy la oportunidad de acercarse a nuestra asociación y así intentar hacerle ver que no todo se corta por el mismo patrón. Pero ciertamente todos deberíamos poner un poco más de nuestra parte para así no tener que darle la razón.


1.- Ante todo darte las gracias Diego por concederme este tiempo…y para empezar preguntarte el cómo y el porqué de estar en esta profesión.
Primero decirte que muchas gracias por pensar en mí para esta entrevista y luego contestando a tu pregunta… te diré, que hace ya tanto tiempo… que casi no me acuerdo, pero vamos a intentarlo.
Para mí el pelo siempre fue algo especial, algo sagrado. De hecho yo siempre he tenido el pelo largo, melenas largas y siempre me gustaba cuidar el pelo, no digo tratarlo, si no cuidarlo. Y también porque en formación profesional sólo había chicas y había que ligar, lo digo así de claro, y así de fácil, entonces con todo eso junto...Aquí estoy.

2.- Diego, cuéntanos las diferencias esenciales que aprecias en nuestra profesión de cuando tú comenzaste al día de hoy.
Mira, sobre esta pregunta nos podríamos tirar todo el día hablando de ello. Primero, cuando yo empecé peluquería estaban los grandes de los grandes y claro de aquella nadie era o nadie se hacía peluquero en dos o tres meses. Había que currárselo y había que estudiar y había que prepararse mucho. Sin embargo hoy por hoy… empezando por decir que hay muchas peluquerías... ¿pero hay tanto peluquero como peluquerías? ¿Hay tanta gente que de verdad ame este oficio? o ¿se han metido ahí porque hay que hacer algo?. La comparación con antes y con lo de ahora lo tengo muy claro, el peluquero que ame su oficio es tan bueno antes como ahora. Antes quizá la falta de estudios se suplía con profesionalidad, con cariño y con hacer bien las cosas. Ahora sin embargo parece que todos sabemos mucho, somos muy tecnólogos todos, pero a la hora de la verdad creo que falta un poco de cariño hacia el cliente y un poquito de saber hacer las cosas bien.

3.- Descríbenos como sería para ti la peluquería perfecta.
¡No existe!. Una peluquería perfecta no existe. Una peluquería tiene que tener errores, una peluquería tiene que ser caliente, calurosa, una peluquería tiene que ser agradable, pero perfecta nunca. Creo que sería un error.

4.- Si estuviese en tus manos, ¿qué es lo qué cambiarías de esta profesión?.
Pues cambiaría quizá los problemas administrativos, creo que hay demasiado papeleo y también el que para dar de alta y abrir una peluquería no se puede llegar y hala ¡ya!, si no, exigir el haber estado trabajando al menos dos años y tener alguna experiencia. No se puede empezar de cero, hacer un cursillo y decir "yo ya soy peluquero". ¡Eso hay que cambiarlo!. Porque cuando cobramos como profesionales, hay que dar servicio de profesionales y lo que se está dando es miseria a bajo precio y eso no vale. Tampoco digo cobrar tanto como hay algunos, pero lo más fastidiado de este mundo es estar en el medio. Ya sé que es difícil, pero lo que no hay que hacer es engañar a la gente para conseguirla.

5.- ¿Por qué crees entonces que está hoy tan prostituida la profesión?.
Yo lo tengo muy claro, creo que esto es debido a la crisis y sobre todo debido a la poca profesionalidad de los peluqueros, a querer poco su oficio, a querer hacer las cosas con prisas y querer hacer treinta clientes en vez de veinte en un día... a muchas cosas, pero una cosa está clara, creo que ese no es el camino. No debemos competir en precio, no podemos competir en horario, no podemos competir en ser más guapos o ser más feos, tenemos que competir en qué ese cliente que hacemos quiera volver y sea amigo tuyo y se fidelìce. Y que vengan a la peluquería a ver a Diego, o a ver a Mario, o a Villar, o a los Molpeceres etc, y que venir a la peluquería no sea un trauma, que vengan a estar a gusto. A mí no me gusta que entre un señor y me diga ¿me puede “usted” cortar el pelo?, porque creo que no lo vas hacer bien vas a estar tirante.

6.- Según esto que me comentas, ¿cuál es tu criterio para dar satisfacción a tus clientes?.
Yo no busco nunca nada con el cliente porque creo que eso tiene que fluir, esto es un toma y daca. Yo llevo aquí en el barrio más de treinta años con la peluquería, primero en el paseo San Vicente y después aquí en la calle Andalucía, yo lo único que busco es que mi cliente esté a gusto y lo que siempre pienso cuando mi cliente sale de aquí es: ¿yo saldría a la calle con lo que le he hecho a mi cliente?, si me digo a mí mismo ¡sí!, entonces estoy contento y también si mi cliente me dice lo mismo cuando se lo enseño. Ofrecerle que si hay algo que no le guste que tenga toda la confianza de volver y yo se lo arreglo. Por lo tanto sólo buscó dar servicio y gusto.

7.- Dame tu opinión respecto a un peluquero que a la hora de tener que hacer una recomendación en un tratamiento capilar. La influencia que puede generar en ello el hecho de ser calvo o de tener una buena mata de pelo como tú.
Yo pienso que hay que ser más serio que todo eso. Nosotros en el tema del tratamiento capilar buscamos en el cliente todas las carencias y ofrecemos o intentamos ofrecer unas soluciones a sus problemas, lo que no podemos pretender es trasladar al cliente el problema que nosotros podamos tener porque somos calvos, que es al cliente al que le tenemos que resolver su problema. Con lo cual pues evidentemente eso no tiene nada que ver.

8.- Tú que dominas bien la peluquería de caballeros al igual que otros…¿te consideras que éstas o estamos bien valorados?.
Me gustaría decirte que sí, pero no estamos valorados todo lo que deberíamos. Ahora, también es verdad que hay gente que sabe lo que hacemos y nos tienen en alta estima, pero también hay otros que no saben ni por donde se andan y este creo que es un oficio muy serio para hacernos valer.

9.- Háblame acerca del estar o no asociado, y en este caso al colectivo de la peluquería o actualmente a la imagen personal.
Esta es una pregunta muy, muy dura. Tú sabes muy bien que yo no estoy asociado, pero no por nada, sino porque la Asociación yo no la entiendo, porque nos llamamos compañeros y no sabemos ni quiénes somos, vamos por la calle y ni siquiera nos saludamos… y yo mi pregunta es: ¿estamos asociados en qué y para qué?. Y esto a mí me parece muy triste, yo por ejemplo no tengo ni idea lo que cuesta estar asociado, lo que sí que sé es que hay gente que lo está pasando tan mal que posiblemente hoy no podría pagar ni una cuota. Por supuesto que creo que es algo bueno, pero con sus matices y creo que los matices son difíciles, porque ni somos todos los que estamos ni estamos todos los que somos. No sé si me comprendes. Creo que en treinta y algún años es la primera vez que estoy hablando con un profesional peluquero de peluquería.

10.- ¿Cómo ves la evolución en la peluquería de caballeros, especialmente en el tema de trabajar con hora?, sé que tú lo haces.
Vivimos en una sociedad en la que el tiempo es oro y si yo cobro por tiempo, el tiempo del señor que entra aquí también vale y eso yo lo tengo muy claro, por lo tanto no puedo hacer que un señor esté aquí esperando toda la mañana si él no quiere. Si el cliente quiere quedarse aquí conmigo, pues yo por mí encantado porque está en su casa. Entonces como lo que yo vendo te he dicho antes es servicio, tengo que empezar a dar servicio ya antes de que vengan, ¿cómo? yo cojo hora por whatsapp, por mensaje, por teléfono móvil, incluso en mi casa por la noche. Si me ven por la calle y me piden hora cojo hora, pero no es por el hecho de tener más o menos clientes, es para que la gente tenga la comodidad de poder venir cuando dispone de tiempo, porque no todo el mundo dispone de todo el día libre. Por eso yo sí que considero que el dar hora es hoy día importante. Ojo, yo no trabajo con tornillos, trabajo con personas y mis horas son aproximadas. Lo que sí que hay que hacer y esto lo quiero matizar, es que hay gente o compañeros que dan hora y vas con un desfase de media hora o más porque te ha surgido un trabajo complicado, entonces cuando entra esa persona y no le vas a coger a su hora lo que hay que hacer es decirle, “oye perdona me ha salido mal la cosa y te tengo que atender dentro de media o una hora y entonces generalmente la persona dice, vale Diego pues no pasa nada, dame hora para mañana y ya está. Normalmente nunca ponen mala cara porque la gente no puede hacer siempre lo que quiere igual que nos pasa a nosotros.

11.- Sabes que ahora hay una tendencia de vuelta al concepto barbería y especializados en caballeros, ¿tú crees en la especialización?. Cuéntame tu versión.
Por supuesto, yo siempre he creído en la especialización, ten en cuenta que yo he sido peluquero de señoras antes que de caballeros, soy esteticista, tengo cosmetología, incluso hice cursos de dermatología, pero todo esto por gusto mío, pero por supuesto tengo que decir que la peluquería de caballeros es mi vida, es mi pasión... hacer una barba bien hecha es acojonante y mola un montón, pero hay que saber hacerla y hay que estudiar y prepararse para ello. La especialización sí, pero ahora bien, dentro de la especialización también se está prostituyendo mucho, porque algunos hablan de aceites, hablan de cremas, hablan de cosas… y luego no saben, y nadie les explica a los clientes por qué, cómo y para qué es. Muchas veces en la peluquería se habla de todo menos de lo que hay que hablar.

12.- ¿Cuál es más rentable, la peluquería masculina o la femenina?.
Una peluquería hoy por hoy no hay ninguna rentable, el que busque una rentabilidad que no monte una peluquería, o sea, si alguien quiere tener un negocio lo que no tiene que poner es una peluquería. Una peluquería es un trabajo y además duro, es un trabajo que quizá es estable, ¡quizás! y luego pues hay a quien le gusta más trabajar con hombres a otros más con mujeres y otros hacen ambas cosas. Hay quien disfruta más con una barba y otros lo hacen con una permanente. Es cierto que a una señora a lo mejor la cobran sesenta o setenta euros, pero también es verdad que a lo mejor has estado con ella cuatro horas y tú en esas cuatro horas has hecho nueve o diez cortes de pelo a diez euros y has hecho lo mismo o más. Yo no pienso en la rentabilidad, yo pienso en estar a gusto, en esa pasión de la que hablábamos al principio, la pasión por algo que es tuyo y porque lo vas a defender aunque sea ruinoso, porque yo creo que hoy día todas las peluquerías son ruinosas, igual que pasa con los taxis, igual que pasa con los bares. Etc. Si buscásemos dinero creo que cerraríamos todos.

13.- ¿Qué es lo que más te gusta de la peluquería y qué es lo que no harías nunca?.
Lo que más me gusta es estar con mis clientes y lo que no haría nunca sería engañar a mis clientes, nunca engañaría a nadie. Yo a mis clientes les digo, esta es vuestra casa, porque realmente aquí en el cartel pone "Diego" pero si nadie viniese, Diego no existe.

14.- Dale un consejo a todos aquellos jóvenes que se están interesando por iniciarse en esta profesión.
Qué difícil..., pero les aconsejaría que dejen el orgullo, que lo dejen en el cajón de la mesilla y que vayan con humildad y con muchas ganas. Y que vayan a verte a ti, que vayan a verle a Villar, a muchos profesionales, a “Diego”. Yo aquí estoy, mi peluquería está abierta todo el día, que si algo no lo saben que lo pregunten. Y que estudien, ya no sólo que estudien Formación Profesional como hemos hecho alguno de nosotros, sino algo más también, pues ahora hay medios que son fenomenales de estudio. Yo no sé cómo es la Asociación, me gustaría ir un día, me vas a invitar, de hecho ya me has invitado y voy a ver, me gustaría ver qué libros de peluquería tenéis allí y me gustaría saber si hay una zona de lectura. Los mayores queremos o creo que nos gustaría que viniesen más peluqueros y no intrusos y saber si los peluqueros que vienen están de acuerdo con nosotros, porque creo que eso sería algo muy importante. Yo por ejemplo, hoy aquí contigo estoy hablando de peluquería muy a gusto y me gustaría quedar aquí con otros cuantos peluqueros y hablar de peluquería por supuesto y de nuestras cosas, pero no nos atrevemos, yo creo que nadie tiene la valentía de decir: venga vamos a hacerlo. Terminamos la jornada y salimos y nos vamos a nuestra casa. Luego decimos que somos compañeros, pero es mentira, cada uno entra en su mundo, trabaja y el compañero es el cliente, y el otro lo que hace es tu mismo oficio. A mí personalmente me parece muy triste. Yo llevo treinta años sólo y antes cuando me preguntaste sobre el asociacionismo te dije que la pregunta me parecía dura, pero dura no porque yo no esté asociado, si no me parecía dura porque yo me he sentido muy solo en el camino y te dices... no tengo relación, no cojo el mismo autobús y voy por el mismo camino con los compañeros.

15.- Todo esto que me estás comentando yo sé que hace años si que había una parte de profesionales que lo hacían, ¿por qué crees que antes lo hacían y ahora no?.
Porque eran grandísimos profesionales y amaban la peluquería de caballeros, porque eran serios y haciendo trabajos acojonantes. Yo recuerdo de aquellos tiempos que me ponía en el escaparate a verles cortar el pelo y se me caía la baba de verles trabajar y esa gente amaba tanto a la peluquería que aunque terminaban cansados de trabajar todavía se quedaban allí haber si llegaba alguien. Ahora estamos deseando de terminar para marcharnos. Sentimos la peluquería, pero de otra manera.
Hoy no nos asociamos ni siquiera para comprar, porque si lo hiciésemos seguramente sé qué haríamos mejor precio en muchos de los productos que usamos a diario y que usamos todos. Cuchillas, papel de cuello, etc., y no me refiero ya a productos específicos, pero sí a todo esto que habitualmente usamos todos, pero los peluqueros tenemos mucho orgullo, somos orgullosos hasta la medula y desgraciadamente eso nos pierde. (Puntualizarte Diego que en este sentido sí que te confirmo que en la Asociación esa parcela sí que la tenemos cubierta para los socios, aunque desgraciadamente también te confirmo que muy pocos hacen uso de esa ventaja de comprar allí y a un mejor precio).
Pues fíjate me molesta a mí que haya peluqueros que no hagan uso de esa ventaja y eso que yo no lo hago, además no soy socio, pero me molesta más todavía que entre peluqueros no hablemos de peluquería. Creo que te lo he comentado antes, pero lo repito, en casi treinta y cinco años que llevo en la profesión es la primera vez que estoy hablando con un compañero sobre peluquería, y te aseguro que he hecho muchos pases de modelos y muchas cosas, pero nunca se habla de peluquería con los que trabajas. Esto qué estás haciendo tú con las entrevistas creo que es una gran labor, una labor muy buena, pero me temo y creo no equivocarme…, que no se te esté valorando lo suficiente por todo esto que estás haciendo. "Hablar y compartir de peluquería".

16.- ¿Nos cuentas alguna experiencia que quieras destacar?.
Esta experiencia que voy a contar no es para reírse si no más bien es para pensar. Yo hace años estando en Madrid aunque ya tenía peluquería en Valladolid, estaba hablando con peluqueros que eran amigos míos. Eran gente de renombre y uno de ellos me decía que él era el peluquero de los famosos, casi todos le conocemos pero no voy a decir su nombre, otro me decía que era el peluquero de los millonarios, y es cierto, tienen sus grandes peluquerías de renombre bien situadas en el centro de Madrid o Barcelona, y yo pobrecito de mí, allí estaba entre ellos y les dije” yo soy peluquero de gente muy inteligente, soy el peluquero de los ingenieros” y todos se echaron a reír, pero es cierto, cada niño que entraba por la puerta de mi peluquería estaba estudiando ingeniería, todos eran ingenieros. Y yo, hoy por hoy, lo que digo es que soy el peluquero de los emigrantes porque todos se han marchado fuera y vienen aquí solamente en navidades u otras fechas concretas, pero vienen a verme a mí y me siento muy orgulloso. Pero mis niños que ahora son ingenieros que eran los grandes de España ahora son emigrantes. Mira, en esa mesa que ves ahí, estas navidades tenía cerveza de Chequia, postales Holanda, paté de Suiza, etc. Es la primera vez en mi vida que me he sentido un peluquero internacional y aunque tengo ciertas titulaciones, no he necesitado mirar los títulos para sentirme un peluquero internacional. Me siento y me he sentido muy querido y eso para mí me hace que me sienta muy orgulloso. Ellos me cuentan cómo está la peluquería por allí y de verdad, en España somos muy buenos, muy, muy buenos, pero hay que seguir luchando, no nos tenemos que conformar, ni nos tenemos que dormir.

17.- Cuando ya decidiste que ibas a ser peluquero, ¿tuviste algún sueño que quisieses llegar a conseguir?.
Sí, tenía un sueño y le he conseguido. Mi sueño era que iba por la calle y me decían mira el peluquero, y hoy por hoy, voy por la calle y me saludan y me dicen “mira por ahí va Diego el peluquero” o “ese es el peluquero” ese era mi sueño.

18.- Diego, ¿quieres añadir algo a esta entrevista que no te haya preguntado?.
Creo que la entrevista es bastante completa y creo que a buenos entendedores con pocas palabras basta. El que sea peluquero entiende lo que le estoy diciendo y el que no lo sea, no lo va a entender nunca. Y repetir que cualquier peluquero que lo desee aquí tiene su casa, que no es la peluquería sólo de Diego, que es la peluquería de todos los que sientan la peluquería, que pueden venir a verme y que sin ningún problema van a ser bien recibidos y si en algo fallo, pues que tengan el buen rollo de decirme: Diego haz esto o no hagas lo otro etc., pero que lo hagan de verdad. Siempre he visto mucha prepotencia en la peluquería pero contigo estoy viendo otro camino. Y esto es de agradecer.

Muchas gracias a ti nuevamente Diego, por tu tiempo.

Febrero 2015